Artículo de Opinión

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El trilema fiscal

Recientemente el gobierno ha modificado las reglas fiscales aplicables para el 2017, cambiando la regla de gasto basada en una guía de déficit estructural por una meta de déficit fiscal observado, y está planteado una revisión integral del marco macro fiscal.

Las reglas fiscales son medidas que buscan limitar la conducción de la política fiscal, con el fin de fortalecer la sostenibilidad de las finanzas públicas y contribuir con la estabilización macroeconómica. Las reglas ayudan a corregir sesgos observados en política fiscal: la priorización de objetivos de corto plazo en perjuicio de aquellos de largo plazo, el sobreoptimismo en periodos de bonanza, el ciclo político y  la presión de grupos de poder.

El diseño de reglas fiscales para la economía peruana debe considerar los siguientes factores:

  1. Nuestra alta dependencia de los commodities. La elevada volatilidad de los precios de los commodities exportados, principalmente minerales, se transmite directamente en fluctuaciones no previstas de los ingresos públicos de gran magnitud. Por ejemplo, en 2007 los ingresos fueron mayores en 4,8% del PBI a los proyectados inicialmente por el MEF; mientras que en el año 2015 resultaron menores a los previstos en 3,3% del PBI.
  2. Las reglas deben promover el ahorro en periodos de bonanza, para poder gastar más en periodos de “vacas flacas”. Es decir, la política fiscal no debe ser procíclica.
  3. Las reglas deben ser transparentes, de fácil cálculo y monitoreo.

Es sustancial que se tomen en cuenta estos tres puntos en el diseño del nuevo marco macro fiscal. Sin embargo, es muy difícil considerar a cabalidad los tres a la vez. Por ejemplo, las reglas basadas en el déficit fiscal observado son fáciles de monitorear, pero implican que ante caídas o aumentos en la recaudación el gasto público se tenga que ajustar de la misma forma, incidiendo en la prociclicidad de la política fiscal. Si estas reglas se complementan con topes al crecimiento del gasto, como en el marco fiscal de inicio de los 2000s, se puede ayudar a reducir parcialmente la prociclicidad en periodos de auge pero no de recesión.

Por otro lado, las reglas fiscales basadas en el déficit estructural, las cuales limpian los efectos transitorios del ciclo económico y de la volatilidad de los precios de commoditiesen los ingresos públicos, pueden ayudar a limitar la prociclicidad de la política fiscal pero su cálculo y monitoreo puede ser complejo.

Es primordial encontrar una solución adecuada que balancee este trilema fiscal.

Carlos Montoro

Director de Estudios Macrofiscales

Secretaría Técnica del Consejo Fiscal